jueves, 8 de noviembre de 2012

La figura del psicólogo

No son pocas las veces que en torno a una sobremesa o en una tertulia se pone en tela de juicio la profesionalidad del psicólogo e incluso se llega a infravalorar o negar su eficacia. 


Sigue siendo todavía en muchas ocasiones, “teniendo que ganar” el respeto profesional. Esta profresión pasó de ser charlatanes y oportunistas a ser el principal objeto de la “corriente filosófica”, conocida vulgarmente y cada vez más aceptada, ponga un psicólogo en su vida. Desde mi punto de vista, la visión simplista que en ocasiones acompaña a esta imagen social se encuentra favorecida por la “psicologización” de la propia vida, de cada suceso e hito evolutivo contemplado como objeto de tratamiento.Como bien sabemos, no todos los “problemas” son susceptibles de tratamiento psicológico, no vale todo.

Los psicólogos son técnicos especialistas en la evaluación, funcionamiento y manejo de los problemas emocionales y contamos con potentes instrumentos para llevar a cabo nuestro trabajo con una elevada eficacia. Estas garantías atienden a datos obtenidos de la investigación y avalan cada una de las intervenciones del psicólogo profesional.

Estre trabajo no se apoya en subjetividades ni avanza en base a la práctica indiscriminada del ensayo-error. Muy en contra de esta idea, disponemos de una sistemática de trabajo que nos respalda y guía para dar el siguiente paso. Hay una secuencia de etapas o fases de la terapia, a nuestro esquema o esqueleto de trabajo dotado de significación.

Ser honestos con esta profesión y con los clientes implica respetar cada parte del proceso y aplicar nuestros conocimientoscon criterio, es más, con criterio científico. Hacerlo de este modo nos da la seguridad de que vamos por el camino adecuado.
Cuando se evalúa empleando los procedimientos seleccionados al efecto y desplegando las habilidades de los terapeutas para obtener la información pertinente, se llega a estar en disposición de emitir una valoración al cliente. En la fase de planteamiento de la hipótesis, se desenvuelve cada dato recabado y facilitado por el cliente en torno a su problemática, y se hace encuadrándolo en una estructura lógica y organizada, contemplando cada una de las variables que interactúan. Se hace partícipe al cliente de la existencia o no del problema emocional como tal, la posible explicación del origen del mismo en caso de que dicho problema emocional sea real y se acota su funcionamiento actual, cómo y por qué dicho problema se mantiene en el presente. Tras el análisis de la funcionalidad y su explicación al interesado, éste contempla su realidad empleando otras lentes y puede, en la medida en que conoce el funcionamiento del problema, advertir el objetivo terapéutico y las posibles vías de acceso para incidir sobre el problema.
La forma, el método empleado o la técnica adecuada para lograr el fin que se persigue la escoge, como no podría ser de otro modo, el técnico y especialista, el psicólogo. En virtud de diferentes niveles realiza la toma de decisiones terapéuticas y propone un plan de trabajo. En este punto sabemos qué está ocurriendo, la hipótesis sobre el origen, cómo funciona y por qué se mantiene dicho problema emocional. Es más, el cliente conoce toda esta información, tenemos objetivos comunes y contempla la problemática desde la misma perspectiva lógica que el clínico.
Las técnicas seleccionadas por el psicólogo que componen el paquete terapéutico para cada caso son específicas y se ajustan a las características de la persona, al análisis funcional de su problema emocional y están avaladas por datos experimentales. Su adecuada selección, gestión y aplicación, junto con la consideración del resto de variables facilitadoras e intervinientes, precisan de una formación específica y especializada del técnico.
Desde mi punto de vista, el respeto a la profesión debe contemplarse en cada uno de los profesionales que la componen, en cada persona que ejerce su trabajo, exigiéndose y exigiendo al colectivo un desempeño eficaz y adecuado.

1 comentario:

  1. A los 20 años tuve mi primera crisis tengo 62 y cuatro internamientos serios , después de 5 años de tomar medicación post recaídas, he dejado la medicación, pero he asistido al psicólogo siempre mínimo 1 vez al mes, para ver como va mi mente..

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