Esquizofrenia en la infancia y juventud
La esquizofrenia en la infancia cursa esencialmente igual que la esquizofrenia en adultos, solo que es pasada por alto en muchas ocasiones por creer que simplemente se trata de imaginación de un niño.
La esquizofrenia anterior a los cinco años de edad tiene rasgos comunes con el autismo y sólo cuando se desarrollan síntomas psicóticos propios de la esquizofrenia se puede realizar un diagnóstico certero. El comportamiento de un niño con este trastorno puede cambiar lentamente con el paso del tiempo y un niño sin problemas para relacionarse con los demás puede ir cambiando hacia una forma de ser mas retraída, tímida y mucho menos sociable.
En general es muy raro que esta enfermedad aparezca antes de los seis años.
En los niños presicóticos pueden observarse una serie de rasgos comunes como hipersensibilidad a la estimulación a través de los sentidos, respuestas excesivas ante frustración o daño emocional, etc.
- Esquizofrenia en la juventud: Cuando la esquizofrenia comienza antes de los 17 o 18 años se denomina esquizofrenia de comienzo prematuro o esquizofrenia juvenil.
- Esquizofrenia en la infancia: Cuando el inicio tiene lugar antes de los 13 años se denomina esquizofrenia precoz o esquizofrenia infantil.
Los expertos no conocen exactamente cuales son las causas de la aparición de la esquizofrenia tanto en adultos como en niños, pero se cree que puede ser debido a una disfunción cerebral originada por la influencia de un factor genético y desencadenantes ambientales. Se ha observado que determinadas partes del cerebro de un esquizofrénico tienen un tamaño más pequeño y presentan limitaciones en el funcionamiento además de presentar diferencias en cuanto a la bioquímica. Se cree que la aparición de la esquizofrenia puede estar relacionada también con desequilibrios en las cantidades de ciertos neurotransmisores, como pueden ser la dopamina o la serotonina.
No existe un único tratamiento frente a la esquizofrenia, existen múltiples formas de tratarlo como pueden ser fármacos antipsicóticos o terapias psicológicas que atiendan a las necesidades sociales, culturales y educativas necesarias para el niño y su familia.
Los antipsicóticos suelen actuar más o menos sobre los síntomas positivos. Pero no existe aún ninguno especialmente efectivo sobre los negativos. Únicamente el empleo de algunos neurolépticos o de antidepresivos en dosis muy bajas pueden resultar favorables. Su consumo exige tener un gran cuidado, ya que pueden inducir una fase aguda de la esquizofrenia.
Si la esquizofrenia no es tratada adecuadamente desde la niñez pueden llegarse a producir una serie de complicaciones graves en el niño como depresión, pensamientos y comportamientos suicidas, falta de higiene personal, aislamiento incluso de la familia...
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